espacio para la familia

Llenando el vacío : Un espacio para la familia

Programa psicoeducativo para familiares de personas con Trastorno Límite de la Personalidad

Dolores Mosquera, Laura Ageitos, Mª Jesús Bello, Sonia Pitarch

«Agradecimiento» es la palabra que me sale del corazón. Dolores Mosquera ha sabido desarrollar una trayectoria profesional y humana de ayuda al afectado por el trastorno límite de la personalidad ( TLP ) y a sus familias, en todo su trabajo.

Empezó por traducir Deja de andar sobre cáscaras de huevo, primera guía que tuvimos las familias y los afectados, con un lenguaje a nuestro nivel, para entender qué estaba pasando y que podíamos hacer. Supimos que no estábamos solos. Antes la familia era «la culpable» y nada más.

Anteriormente no disponíamos de nociones básicas de psicología e ignorábamos el significado de las palabras o diagnósticos y las consecuencias que podía tener convivir con un afectado por trastorno límite de la personalidad, nombre que nunca habíamos oído. Intuíamos en su sufrimiento, que se escapaban a nuestra capacidad de entenderlos. No todos los componentes de la familia estaban de acuerdo en cómo llevar la relación. Demasiados frentes abiertos con los que luchar. Generalmente la madre, ha de enfrentarse a marido, hermanos, abuelos, cuñados, amigos… todos con la opinión clara de como solucionarlo, ya que en su casa «esto» no pasa. No era una cuestión psiquiátrica, para enfermos. «Ese» no estaba enfermo. Nuestro TLP era inteligente, sociable, cariñoso y no le pasaba nada, cosas de juventud que no sabíamos controlar.

Sucedían celos, envidias, gritos, miedos, consumos, gastos, desconcierto total y todo añadido a los problemas normales de una familia con otros adolescentes, trabajo, salud etc. Sufrimos las críticas y el peregrinaje a los distintos psiquiatras, psicólogos y educadores que generalmente no tenían la menor idea de lo que pasaba. Nos atendieron por un tiempo, diagnosticaron, medicaban y culpaban a la familia.

Se acababa con un «Déjelo en la calle si no sabe que hacer, esto no tiene solución, es el típico cajón de sastre y aquí todo cabe». Frases similares aún se oyen. Has de convivir con ellas hasta entender que entonces no existían recursos para el trastorno límite. Nadie te daba esperanzas, y menos aún entendía a la familia. No les habían enseñado más ampliamente esta parte, cuando estudiaban, ni se preocupaba nadie en complicarse la vida por cambiar algo.

Dolores ha ido más allá siempre y en este libro está reflejado. Abre los ojos a quien ignora todo sobre el trastorno y la necesidad específica de ayuda familiar. Nos proporciona consejos distintos, aplicables según los casos, con la esperanza de estabilizarlos. Sabemos que hacer aunque tardemos más de lo que querríamos, tengamos que cambiar hábitos, unir criterios y hacer frente a las críticas hablando claramente. Hoy damos la cara desde las asociaciones. Hay en el libro, un claro reconocimiento de nuestro esfuerzo y la necesidad de nuestra existencia.

¿Nos hemos equivocado en algo? y quien no. Pero hemos avanzado. Gracias a profesionales que se han especializado, como Laura. Chus y Sonia, coautores de este libro, se abren caminos y entienden mejor nuestro sufrimiento. Aceptamos que no todo está en nuestras manos. Somos un eslabón más. Hoy somos necesarios, aunque sepamos que no todos son capaces de hacerlo. Algunas familias esperan de los profesionales siempre algo más. Incluso que su familiar afectado sea tan perfecto como soñaban.

La sociedad no estaba preparada para esto. No entraba en sus mentes que los afectados por el trastorno límite necesitasen recursos y soluciones. Nadie pensaba en nosotros. Con libros como este se desmontan todas las teorías negativas. Esperamos un futuro con prevención y más información hasta entender mejor los problemas mentales. Desde las asociaciones de familias trabajamos voluntariamente para conseguirlo.

Gracias Dolores por saber escucharnos y por contagiar de optimismo a otros profesionales como Laura, Chus y Sonia.

Marina Foret Jimeno Presidenta Fundación ACAI-TLP y AEF-TP